Unidad clínica de la columna vetebral y escuela de espalda

Patología raquinedular congénita

Dentro de esta patología hay dos tipos:

Arnold Chiari

Se trata de una malformación en la que el cerebelo, que es la zona encefálica encargada de controlar, entre otros, el equilibrio y la coordinación del movimiento, se introduce por el “foramen magno” como si de un embudo se tratase, pudiendo comprimir la médula espinal. Muchas veces se trata de un hallazgo radiológico sin la mayor importancia clínica, ya que no genera síntomas.

En algunos casos, la compresión de estructuras puede llevar a que no circule bien el líquido cefalorraquídeo y se acumule dentro del cráneo, lo que se conoce como hidrocefalia. Sus síntomas más característicos son las cefaleas, inestabilidad y otros defectos de la fuerza o sensibilidad que, a veces se ponen de manifiesto con maniobras de Valsalva. Éstas aumentan la presión del cráneo como, por ejemplo, al toser o defecar. En algunos de estos casos puede estar indicada una descompresión quirúrgica.

Patología raquinedular degenerativa
  • Hernias discales lumbar y cervical.
  • Espondilosis cervical y lumbar.
  • Aplastamiento vertebral por osteoporosis.
  • Estenosis (estrechez) del canal cervical o lumbar.
  • Cirugía mínimamente invasiva de la columna.
Cirugía mínimamente invasiva de la columna

Estas técnicas comenzaron a utilizarse debido a los avances tecnológicos de los sistemas de visión endoscópicos, radioscópicos y microquirúrgicos de la última década.

Uno de los efectos secundarios negativos de la cirugía espinal clásica es el daño tisular (músculo), con un postoperatorio mucho más doloroso y más días de hospitalización. Además, cuanto mayor es la incisión practicada, mayor es la pérdida de sangre y el riesgo de infección postquirúrgica del paciente.

Hay que tener en cuenta que no todos los pacientes son candidatos a estas técnicas y, además, el uso de estos procedimientos no cierran la posibilidad ni empeoran el pronóstico de una cirugía más agresiva en el futuro. Por tanto, todo paciente debe haber agotado previamente las opciones conservadoras (tratamiento antiinflamatorio, rehabilitación, fisioterapia, etc).

La técnica apropiada para cada paciente debe elegirse en función de su patología y los hallazgos en las pruebas complementarias (radiografía simple, radiografía dinámica o funcional, resonancia magnética, tomografía computerizada, etc).

Estas son las técnicas mínimamente invasivas que aplicamos en CNA:

  • Microdiscectomía lumbar.
  • Microdiscectomía cervical.
  • Abordajes tubulares o endoscópicos para la realización de microdiscectomía lumbar.
  • Abordajes tubulares o endoscópicos para la realización de laminectomía lumbar.
  • Foraminotomía cervical mediante abordaje tubular o endoscópico.
  • Abordajes “miniopen” para la realización de artrodesis torácicas y lumbares.
  • Colocación de tornillos pediculares de forma percutánea.
  • Cementación percutánea de vértebras fracturadas (vertebroplastia y cifoplastia).
  • Colocación percutánea de espaciadores interespinosos o intersomáticos.

La microdiscectomía lumbar es un procedimiento para extraer el material de un disco dañado o lesionado que presiona sobre los nervios espinales.

Indicaciones
Los discos de la columna vertebral están hechos de un material suave que amortigua las vértebras. En ocasiones, estos discos se pueden abultar o mover fuera de su lugar y ejercer presión sobre los nervios espinales. Este padecimiento se conoce como hernia discal, protrusión discal o “pinzamiento” y puede causar un dolor intenso en las piernas, conocido como ciática o radiculopatía.

El objetivo de la cirugía es extraer el material anormal del disco y eliminar la presión ejercida sobre los nervios. Al desaparecer la presión, el dolor de los nervios casi siempre disminuye.

La microdiscectomía se lleva a cabo en un hospital o en centro quirúrgico ambulatorio, con anestesia raquídea o general, es decir, con la persona dormida y sin sentir ningún dolor.

El cirujano hace un pequeño corte de 3 a 5 cm en la espalda y aparta los músculos de la columna vertebral; después, utiliza un microscopio especial para ver el disco o discos y los nervios que originan el problema. Una vez que el cirujano encuentra la raíz del nervio y la aparta, elimina el material o los fragmentos del disco lesionado.

Después, coloca de nuevo los músculos de la espalda en su lugar y cierra la herida con suturas o grapas. La cirugía dura aproximadamente una hora. La discectomía y la laminotomía se llevan a cabo en el hospital, utilizando anestesia espinal o anestesia general.

El cirujano hace un corte más grande en la espalda por encima de la columna vertebral y desplaza los músculos y tejidos. Se corta y separa una pequeña parte del hueso laminar, que es la parte de las vértebras que rodea la columna vertebral y los nervios. El cirujano hace un pequeño agujero en el disco que está causando los síntomas y extrae material de su interior. También se pueden extirpar otros fragmentos del disco.

Microdiscectomía cervical anterior con fusión intervertebral Esta técnica se utiliza para la descompresión anterior de la médula espinal y de las raíces nerviosas cervicales. Se emplea como tratamiento de la radiculopatía y la mielopatía cervical causada por una hernia discal, por osteofitos o por ambos. Se realiza bajo anestesia general con el paciente boca arriba y se localiza el nivel o los niveles a intervenir mediante radioscopia. El abordaje se lleva a cabo normalmente a través de una incisión transversa de pocos centímetros, alcanzando el plano prevertebral por los planos aponeuróticos cervicales. Después se confirma nuevamente con radioscopia la correcta localización de los espacios discales a tratar. Se suele utilizar un sistema de retractores que delimita el campo quirúrgico; luego, se procede al vaciamiento discal bajo la visión del microscopio quirúrgico. Una vez resecado el disco queda, como plano previo a la duramadre del cordón medular, el ligamento vertebral común posterior, que se extirpa para acceder a un posible fragmento discal extruido. El siguiente paso es explorar los forámenes de salida de las raíces para comprobar su liberación. En caso de osteofitos que compriman la médula espinal o estrechen los forámenes, se procede a su fresado. Tras realizar la discectomía y la liberación de forámenes, se procede a insertar una caja espaciadora o una prótesis de disco según la patología a tratar. En algunos casos, por el número de discos intervenidos o por existir previamente una inestabilidad asociada o una cifosis marcada, se estabiliza el conjunto mediante la colocación de una placa atornillada a los cuerpos vertebrales. Indicaciones Este abordaje permite al acceso seguro a las compresiones anteriores, tanto por una hernia discal como por osteofitos, a través de planos ya existentes (no hay que atravesar ningún músculo para acceder a la región anterior del espacio discal). Por el mismo motivo, no está indicada en procesos de compresión medular en la región posterior del canal. El postoperatorio habitual es relativamente cómodo, con una estancia de 1 ó 2 días en el hospital. La disfagia (dificultad para tragar) suele mantenerse algunas semanas y, en ocasiones, se presenta alguna disfonía ocasional que normalmente es reversible. Es normal presentar dolor en la región interescapular como consecuencia de la distracción de los espacios por la caja espaciadora o por el injerto de hueso. Este dolor se suele resolver en algunos meses, conforme se adaptan las superficies de éstas a los platillos vertebrales.

La vertebroplastia percutánea es un procedimiento para el tratamiento del dolor de espalda, secundario al aplastamiento vertebral, que no cede con tratamiento médico. Dicho aplastamiento suele aparecer por distintas causas:

  • Osteoporosis (disminución de la densidad ósea).
  • Angiomas vertebrales (tumor benigno de causa vascular).

Metástasis óseas
Consiste en inyectar cemento acrílico en el interior del cuerpo vertebral. Se realiza mediante 1 o 2 agujas que se introducen a través de los pedículos vertebrales, guiados por imágenes radiológicas.

El cemento inyectado, una vez polimerizado, alcanza altas temperaturas que producen lisis (muerte) de las terminales nerviosas vertebrales. De esta forma, disminuye el dolor y estabiliza el cuerpo vertebral, con lo que además se previenen aplastamientos futuros.

La estenosis raquídea consiste en un estrechamiento del conducto vertebral, del agujero de conjunción, o de ambos, de modo que el espacio situado en torno a la médula espinal o las raíces nerviosas resulta demasiado pequeño. Como consecuencia de este estrechamiento, la médula espinal o las raíces nerviosas resultan comprimidas y se inflaman.

La estenosis raquídea puede producirse en cualquier zona de la columna vertebral, pero es más frecuente en la zona lumbar y en la zona cervical. También  puede afectar a la porción central del conducto vertebral (estenosis central), donde se aloja la médula espinal, a la vía que siguen las raíces nerviosas para salir de la porción central (estenosis del receso lateral) o al agujero de conjunción (estenosis foraminal), por el que una raíz nerviosa concreta abandona el conducto vertebral.

Consiste en un espaciador interespinoso que se introduce de forma percutánea, a través de una pequeña incisión en la piel. Se coloca entre las apófisis espinosas de dos vértebras vecinas.

Su funcionamiento es muy sencillo y lo podemos comparar al tope de una puerta. Colocado entre dos apófisis espinosas, evita que las vértebras se aproximen en su parte posterior y compriman el disco intervertebral. El movimiento de extensión puede generar presión sobre la médula espinal o los nervios raquídeos y desencadenar el dolor.

El dispositivo interespinoso limita el estrechamiento del segmento raquídeo afectado, distendiendo el ligamento amarillo, que puede comprimir los nervios cuando el paciente camina o está de pie. Además, distiende levemente el espacio entre las apófisis espinosas y alivia la presión sobre el disco intervertebral abultado. El implante recibe parte de la carga fisiológica que pasa por la columna y descarga así la presión de las articulaciones cigapofisarias y de la porción posterior del disco intervertebral.

Desgraciadamente, no todas las patologías de columna se pueden tratar con técnicas mínimamente invasivas o microquirúrgicas. Por ello, dentro de este apartado se encuadran aquellas patologías, como tumores, escoliosis, cirugías fallidas, etc, en las que el tratamiento poco invasivo no ha sido efectivo y precisan de una descompresión (medular o radicular) más amplia.

Aquí también se incluyen técnicas muy específicas, como la neuromodulación, que consiste en una estimulación eléctrica medular o cerebral para mitigar el dolor. Las últimas técnicas conllevan la implantación de bombas subcutáneas de infusión espinal que, a ritmo continúo, irrigan el sistema nervioso (raíces y médula) con algún tipo de fármaco.

  • Tratamiento quirúrgico de las lesiones degenerativas de la columna dorso-lumbar.
  • Tratamiento quirúrgico de las fracturas cervicales y toracolumbares.
  • Tratamiento quirúrgico de los tumores vertebrales.
  • Tratamiento quirúrgico de deformidades de columna.
  • Tratamiento de dolor crónico mediante técnicas de neuromodulación.

 

Aunque es necesario personalizar el tratamiento para cada paciente, en general los cuatro primeros puntos necesitan de prótesis (tornillos transpediculares, sustitutos de cuerpo vertebral o disco, etc). En todas estas técnicas se utiliza el microscopio, siempre presente en nuestra práctica diaria, aunque las incisiones sean un poco más amplias.

El equipo de neurocirugía del Centro de Neurología Avanzada domina todas estas técnicas, que de forma individual o combinada y después de analizar el caso de forma minuciosa e integral, son capaces de resolver con garantías las patologías comentadas.

El segmento vertebral es la unidad funcional básica de la columna vertebral. Consta de dos vértebras adyacentes, el disco intervertebral y todos los ligamentos que las mantienen asociadas y les permiten su movilidad. El deterioro de uno o varios segmentos vertebrales por causa degenerativa, traumática, infecciosa, tumoral, etc. puede causar:

  • Dolor vertebral por alteraciones en la biomecánica (inestabilidad/deformidad).
  • Dolor vertebral por degeneración del segmento (articular/discal).
  • Compresión medular o neural por estenosis (estrechez) del canal raquídeo.

La artrodesis consiste en la inmovilización rígida e irreversible de uno o más segmentos vertebrales para aliviar el dolor vertebral y prevenir o tratar la inestabilidad. Puede asociarse a descompresión del canal si es necesario.

El objetivo de la artrodesis es estabilizar la columna vertebral para aliviar el dolor local. Además, la descompresión de las raíces nerviosas alivia el dolor ciático y la dificultad para caminar, síntomas propios de la estenosis de canal.

En caso de daño medular, los síntomas como debilidad o falta de sensibilidad pueden tardar en recuperarse o permanecer como secuelas, dependiendo del grado de daño ya establecido.

Insistimos en el apoyo microquirúrgico en todas estas técnicas:

  • Artrodesis cervical anterior: abordaje poco invasivo mediante incisión transversal en la cara anterior del cuello. Se sustituyen los discos por implantes o hueso del propio paciente.
  • Artrodesis cervical posterior: abordaje más agresivo con incisión longitudinal en la parte posterior del cuello. Se descomprimen el canal medular y los nervios cervicales sin manipular los discos. Se utilizan tornillos y barras para la fijación.
  • Artrodesis torácica/lumbar posterior: abordaje estándar para la descompresión del canal y la fijación con tornillos pediculares y barras, generalmente de titanio. Se utiliza injerto de hueso del propio paciente o bien sintéticos.
  • XLIF: abordaje lateral mínimamente agresivo para la columna lumbar. Se respetan todas las estructuras sanas de la columna. Precisa atravesar el músculo psoas, lo que puede originar debilidad más o menos transitoria en la pierna. No es posible en el espacio de la quinta vértebra lumbar con la primera sacra (L5-S1).
  • Axia-LIF: abordaje percutáneo específicamente diseñado para L5-S1.
  • TLIF: abordaje oblicuo a la columna lumbar, mínimamente invasivo, con escasos riesgos, pero sólo válido desde L2 a L5.
  • ALIF: abordaje anterior a la columna lumbar. Altas garantías de fusión intersomática. Mayor riesgo vascular que otros abordajes.

En caso de daño medular, los síntomas como debilidad o falta de sensibilidad pueden tardar en recuperarse o permanecer como secuelas, dependiendo del grado de daño ya establecido.

La artrodesis vertebral se realiza en quirófano bajo anestesia general. La duración habitual de esta intervención es de entre 1 y 5 horas, dependiendo del tipo de abordaje y la región intervenida. El paciente permanece en el quirófano y la sala de despertar entre 3 y 7 horas y después, deberá estar hospitalizado entre 1 y 10 días.

Cuando se trata de tumores localizados en la columna vertebral puede ser preciso acceder a ella mediante laminectomía, laminoplastia o corpectomías. Los neurocirujanos del Centro de Neurología Avanzada disponen de métodos fiables para la localización de estos tumores, como por ejemplo la ecografía (empleo de ultrasonidos), la estereotaxia (sistema complejo de coordenadas en los 3 ejes del espacio) o la neuronavegación (sistema que tiene un funcionamiento similar al de un GPS pero aplicado al sistema nervioso).

Las patologías traumáticas son las fracturas, luxaciones y aplastamientos vertebrales que pueden ser susceptibles de tratamiento quirúrgico. En las fracturas, a veces está indicada la descompresión si hay algún fragmento óseo dentro del canal espinal y luego la fijación o estabilización con material de osteosíntesis.

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