Te explicamos todo sobre el síndrome de Gilles de la Tourette

Síndrome de Gilles de la Tourette

En esta entrada de blog abordamos aspectos clave sobre el síndrome de Gilles Tourette; un trastorno que afecta entre 4 y 10 personas por cada 1000 habitantes a nivel global. Generalmente, se manifiesta entre los 2 y 8 años, con una preponderancia masculina de 4:1.

Este trastorno fue caracterizado en 1885 por el neurólogo francés Gilles de la Tourette, quien lo identificó y describió como una condición médica vinculada con el sistema nervioso.

Observó que dicha condición estaba asociada con tics o movimientos abruptos, repetitivos e involuntarios y con vocalizaciones y sonidos incontrolables que observaba en algunos de sus pacientes.

Esta vez, desde el Centro de Neurología Avanzada nos aproximaremos a la definición, síntomas, posibles causas y a la manera como en la actualidad se aborda el tratamiento de este trastorno. ¡Acompáñanos con tu lectura!

Síndrome de Gilles Tourette

El síndrome de Gilles Tourette figura entre los trastornos del sistema nervioso. Las personas que lo presentan producen movimientos o sonidos persistentes que no son capaces de controlar.

Es un trastorno de tics que persiste durante más de un año, los cuales son de carácter fluctuante. La persona puede presentarlos toda la vida, con variaciones en su intensidad y frecuencia; pero, usualmente, hay mejoría al dejar atrás la adolescencia.

Diversos estudios han concluido que en el 75% de los casos, el síndrome de Gilles de Tourette mejora o se resuelve espontáneamente al alcanzar la edad adulta. Solo el 25% de las personas arrastran el trastorno durante toda la vida y, a veces, los tics pueden empeorar en situaciones de estrés, enojo y ansiedad.

Aun cuando se trata de un trastorno neurológico que molesta física, mental y emocionalmente a las personas afectadas, es importante señalar que no afecta su esperanza de vida.

Tics más habituales del síndrome de Gilles de Tourette

A continuación, exploramos los dos tipos de tics que son los síntomas del síndrome de Gilles de la Tourette más habituales:

Tics motores

Los espasmos o movimientos del cuerpo pueden ser tics motores simples como el parpadear o mover los ojos repentinamente, encoger los hombros, sacudir la cabeza o un brazo, retorcer la nariz o hacer muecas faciales.

Se consideran tics motores complejos: inclinarse o girar, repetir movimientos observados, saltar al caminar o hacerlo siguiendo un patrón específico, oler o tocar objetos, hacer gestos obscenos.

Tics vocales

Los sonidos que la persona con síndrome de Gilles la Tourette produce con su voz pueden ser tics simples como, por ejemplo, aclararse la garganta, toser, resoplar, ladrar o producir otros sonidos de animales.

Las vocalizaciones son consideradas tics complejos cuando el afectado repite frases o palabras propias o que ha oído a otras personas, incurre en la repetición de insultos o en el uso de palabras vulgares.

Con respecto a los tics, hay que señalar que el hecho de que un niño o adolescente presente un tic aislado durante unas semanas, no indica necesariamente que tenga este trastorno neurológico.

Las personas afectadas por el síndrome de Gilles Tourette, en su mayoría niños y jóvenes, generalmente presentan varios tics motores y al menos uno de carácter fónico durante un periodo de tiempo que supera el año.

Lo que se sabe sobre el origen del síndrome de Gilles Tourette

Las causas de este trastorno neurológico no están totalmente esclarecidas, pero diversos estudios apuntan a cambios que ocurren en el cerebro. A desequilibrios de algunos neurotransmisores o sustancias químicas que conducen impulsos nerviosos entre las neuronas.

La ciencia también considera factores genéticos hereditarios en las posibles causas del trastorno. Pero, aun cuando el riesgo de tenerlo es mayor para los familiares de quien lo ha desarrollado, hasta el presente son pocos los genes predisponentes que se han identificado.

En cuanto a la posible influencia de ciertos factores ambientales, estos tampoco han sido identificados. Es decir, estamos ante un síndrome de origen posiblemente multifactorial donde la combinación de los factores mencionados puede jugar un papel importante.

Otro aspecto digno de destacar es que muchos niños y adolescentes con el síndrome de Tourette, presentan otras patologías asociadas con la conducta. Entre estas destaca el déficit de atención con hiperactividad, TDAH, y el trastorno obsesivo-compulsivo, TOC.

Síndrome de Gilles de la Tourette. Tratamiento

En la mayoría de los casos, los tics que presentan las personas con síndrome de Gilles Tourette desaparecen espontáneamente o no interrumpen su desempeño diario y, en consecuencia, no requieren tratamiento.

No obstante, existen procedimientos médicos que después de una evaluación neurológica y conductual, pueden aliviar los síntomas en los casos en que los tics causen estrés, lesiones, dolor, o interfieran con la vida normal del paciente.

Entre los procedimientos médicos para abordar el síndrome de Gilles de la Tourette y su tratamiento, destacan:

  • Tratamientos farmacológicos para controlar los tics y otros síntomas conductuales.
  • Terapia cognitivo-conductual y estrategias terapéuticas para ayudar al paciente a manejar la ansiedad, la frustración, la depresión y las ideas obsesivas y compulsivas.
  • La estimulación cerebral profunda, mediante el implante de electrodos en ciertas zonas del cerebro para corregir irregularidades en el desempeño de neuronas vinculadas con síntomas específicos.

Si bien es cierto que el Síndrome de Tourette no tiene cura, la intervención del especialista es clave para decidir cuál es, en cada caso, el tratamiento que puede aliviar la sintomatología y dar mejor calidad de vida al paciente.

Conclusión

El síndrome de Gilles Tourette describe un trastorno del sistema nervioso que suele manifestarse entre los seis u ocho años. Está asociado a tics o movimientos involuntarios que, en general, preceden a vocalizaciones también incontrolables por el paciente.

En la mayoría de los casos, los tics desaparecen sin tratamiento alrededor de los veinte años mientras que cerca del 25% de los afectados siguen presentando los tics en la edad adulta y a veces durante toda la vida.

Son síntomas cuya causa se desconoce, pero en la actualidad hay opciones de tratamientos que ayudan a controlarlos y a asumirlos con el menor impacto posible a nivel personal y familiar.

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