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Unidad de sueño

Clínica del sueño:

El hecho de que pasemos una media de 30 años de nuestras vidas dormidos o durmiendo (ya nos enseñó Camilo José Cela que no es lo mismo) nos da una idea de la relevancia e impacto que tiene el sueño sobre nuestra salud.

El motivo más frecuente de consulta en la clínica del sueño Sevilla de CNA es el insomnio. No obstante, existen muchas otras enfermedades que pueden afectar la calidad del sueño como son el síndrome de apneas-hipopneas obstructivas, el síndrome de piernas inquietas, las parasomnias tipo sonambulismo, las epilepsias nocturnas, las pesadillas o la narcolepsia, entre otras.

Por qué acudir a una Clinica del Sueño Sevilla

Para aproximarnos al estudio del insomnio, de los trastornos de conducta durante el sueño o de la somnolencia diurna excesiva contamos con diversas pruebas realizadas en la clinica del sueño Sevilla de CNA.

Es un estudio abreviado de sueño, que se realiza de forma ambulatoria en la clínica del sueño Sevilla, y que nos sirve exclusivamente para valorar si el paciente es roncador simple o presenta apneas –pausas respiratorias- significativas.

Presupone que el paciente está dormido, pues no se controla la actividad cerebral con electroencefalografía. No es válida para el estudio de trastornos NO respiratorios del sueño.

Consiste en el registro de distintas variables fisiológicas durante el sueño nocturno. Estas variables que se suelen registrar son:

  1. Electroencefalofrafía: actividad eléctrica cerebral.
  2. Electrooculograma: registro de los movimientos oculares.
  3. Saturación de oxigeno, flujo oro-nasal, movimientos torácicos y abdominales; todos ellos en relación con los eventos respiratorios que pueden ocurrir durante el sueño.
  4. Posición corporal durante el sueño.
  5. Electromiografía: que mide la actividad de diferentes músculos durante el sueño.
  6. Electrocardiograma: que mide la actividad cardiaca durante el sueño.
  7. Registro simultáneo de video para valorar distintas conductas del sueño.

Todo ello es útil como método diagnóstico en diversas patologías del sueño, como pueden ser síndrome de apnea-hipopnea del sueño, somnolencia diurna excesiva, epilepsias de predominio nocturno, movimientos periódicos de piernas y parasomnias, entre otras.

La CPAP es el principal tratamiento para resolver las apneas o pausas respiratorias durante el sueño. Consiste en un dispositivo de pequeño tamaño (poco mayor que un teléfono fijo) que bombea el aire a determinada presión y evita el cierre de la vía aérea durante el sueño.

Lo ideal no es poner la presión a ojo o con fórmulas matemáticas, si no ver dormir al paciente con el dispositivo para asegurar a qué presión exacta eliminamos las apneas en todas las fases y posiciones del sueño.

Es una CPAP capaz de modular por sí misma la presión según la resistencia que muestra la vía aérea. Puede mejorar la comodidad y con ello la adaptación. No precisa ser titulada.

Es una prueba que consiste en realizar 5 siestas separadas entre sí por un plazo de 2 horas, entre las 9 y las 17 horas, en las que se le da al paciente una oportunidad de 15 minutos para que se duerma, y si lo hace, se le deja dormir 20 minutos.

Al final se trata de medir la latencia media de sueño; es decir, cuánto tarda de media el paciente en dormirse en las 5 siestas y si alcanza o no periodos de sueño REM. Es una prueba de especial importancia a la hora de diagnosticar o medir enfermedades que cursan con somnolencia diurna excesiva como la narcolepsia.

Es una prueba similar a la anterior pero con la orden inversa; es decir, solicitando al paciente que aguante sin dormirse, en un ambiente que invita a ello.

Es útil para comprobar que un paciente con somnolencia diurna está bien tratado con estimulantes y, por ejemplo, puede tener vía libre para la conducción de vehículos o realizar otras actividades de responsabilidad.

Se trata de un dispositivo tipo reloj de pulsera que incorpora un velocímetro y que, a través de la actividad física y movimientos del paciente durante el día y la noche, permite dar una idea indirecta de la estructura del sueño. Se utiliza durante varios días.

Es de utilidad para valorar la presencia y/o gravedad del síndrome de piernas inquietas a la hora a la que habitualmente ocurren las molestias. Es por ello que se realiza a últimas horas de la tarde y primeras de la noche.

Básicamente consiste en situar al paciente tumbado en unas condiciones concretas e ir pasando escalas analógicas sobre la intensidad de las molestias y, al mismo tiempo, medir la presencia de movimientos periódicos de piernas con electrodos de superficie emplazados en las piernas.

Esta es una especie de hormona que se encarga de mantenernos despiertos. Su carencia motiva la narcolepsia y, por ello, midiendo su nivel, podemos tener bastante certeza diagnóstica de si nos encontramos o no ante dicha enfermedad.
Se precisa de una punción lumbar, que es una técnica de rutina para el neurólogo y que conlleva escasos riesgos.

Un mal manejo del hierro del organismo por parte del sistema nervioso central parece jugar un papel clave en el síndrome de piernas inquietas. Últimamente se están viendo buenos resultados con la administración de hierro intravenoso, una vez que las reacciones alérgicas graves o anafilácticas se han reducido significativamente con los nuevos preparados. Ésta puede ser utilidad, sobre todo cuando fracasamos con el hierro oral o en determinados pacientes que no se adaptan o responden bien a otros tratamientos.

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