RECOMENDACIONES SOBRE LA VACUNACIÓN FRENTE A LA COVID-19 PARA PACIENTES CON TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO

En el momento de la elaboración de este documento se han aprobado dos vacunas por  las agencias reguladoras estadounidense (FDA) y europea (EMA): las vacunas  BNT162b2 (Pfizer/BioNTech) y mRNA-1273 (Moderna). Estas vacunas cumplieron las  elevadas normas requeridas para la autorización de uso tras un examen y validación  completos de los datos, como se exige en el proceso normal de aprobación de una  vacuna. El proceso garantiza que se han cumplido los requisitos de eficacia y  seguridad y que se puede administrar a las personas porque los beneficios de la  vacuna superan sus riesgos. Las vacunas COVID-19 adicionales que aún se encuentran  en las fases experimentales II y III se someterán finalmente al mismo escrutinio antes  de su autorización. Adicionalmente, las Agencias Española y Europea del Medicamento  realizan un seguimiento estrecho de las vacunas comercializadas.  

Hasta la fecha, las vacunas COVID-19 aprobadas han demostrado ser muy eficaces  para prevenir las formas graves e incluso leves de la enfermedad, con una alta  eficacia (>90%) que se ha confirmado en los diferentes grupos de edad y pacientes  con diferentes enfermedades. No se han hecho análisis específicos en pacientes con  enfermedad de Parkinson, pero no hay motivos para pensar que el comportamiento de  la vacuna fuera diferente.  

Al igual que ocurre con otras vacunas, hay algunos efectos secundarios con estas  vacunas COVID-19 recientemente aprobadas. En su mayoría, los efectos secundarios  han sido leves (dolor e irritación en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, fiebre  baja). Además, ocasionalmente se ha observado otro efecto denominado  reactogenicidad (una reacción inmunológica a las vacunas) que se manifiesta  ocasionalmente como un cuadro pseudogripal con malestar general e incluso aumento  de la temperatura transitoria y sin peligro para la persona. La proporción de efectos  adversos potencialmente importantes ha sido muy pequeña y no diferente de otros  estudios con vacunas. 

En resumen, en pacientes con trastornos del movimiento como es la Enfermedad de  Parkinson (EP) entre otras, los datos disponibles indican: 

  1. Las vacunas aprobadas o en desarrollo inducen una respuesta del sistema  inmune que no afectan a priori a los mecanismos y síntomas en el caso de la EP  u otros Trastornos del Movimiento.  
  2. Por el perfil de los datos de los estudios fase III de las vacunas aprobadas que se  han notificado, la incidencia o los tipos de efectos secundarios en los pacientes  con Trastornos del Movimiento no debieran ser diferentes de los de la  población general, aunque carecemos de estudios específicos en estos pacientes. 
  3. Al igual que las reacciones a otras inmunizaciones, la vacunación contra el  SARS-CoV2 no interfiere con las terapias actuales de la EP u otros Trastornos  del Movimiento. 
  4.  Dado que algunos de los pacientes con Trastornos del Movimiento pueden  formar parte de los primeros grupos en los programas de vacunación actuales  debido a su edad, residencia en hogares de ancianos u otras razones  relacionadas con la enfermedad, en un futuro próximo se dispondrá de más  datos para un mayor análisis del impacto de estas vacunas en la EP u otros  Trastornos del Movimiento.Con todo esto, recomendamos:La vacunación frente al SARS-CoV2 de los pacientes con Trastornos del  Movimiento y EP (y a sus cuidadores responsables) a menos que haya una razón  específica que impida su administración.  Que dicha vacunación de los pacientes se realice tan pronto como sea posible dentro de las recomendaciones generales de las agencias sanitarias.  

    Estas recomendaciones son posibles porque los beneficios y los riesgos no son  diferentes de los de la población general (de edad similar) y porque es prioritario que  nuestros pacientes estén protegidos contra la enfermedad y sus consecuencias .

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