El Síndrome de Asperger, explicado por un niño de 8 años que lo padece

«No soy un loco, ni un raro. Solo quiero que me ayuden a encajar», dice Federico

«Tener Asperger no es una enfermedad. No soy un loco, ni un freak, ni un raro. Solo que mi manera de recibir y procesar la información es diferente», cuenta Federico García Villegas ante la cámara. En el vídeo, este niño colombiano de 8 años explica en primera persona lo que es sufrir este síndrome, y ha superado los 7,5 millones de reproducciones en Facebook en un mes.

Además de haber ayudado a grabar el testimonio, su madre Andrea Villegas gestiona la cuenta de Facebook Soy diferente, soy como tú, que sirve de red de apoyo para padres con niños Asperger y en la que se narra el día a día del niño. «Federico sentía la necesidad de explicarse, porque se sentía incomprendido por sus compañeros de escuela», cuenta Villegas por teléfono a Verne. «Primero escribió un cuento, así que decidí abrir un perfil en redes sociales para hablar de una condición que es muy poco conocida».

La colombiana asegura que desde hace años intenta explicar a su hijo lo que le ocurre «para que pueda tener más herramientas en la vida». Lo que cuenta en el vídeo es el resultado de esas explicaciones, «aunque contadas con sus propias palabras».

«Soy un niño como cualquier otro, con sueños e ilusiones. Solo quiero que me conozcan, me entiendan y me ayuden a encajar en la comunidad. Nuestros sentidos son más agudos. Yo escucho todos los sonidos al mismo tiempo. Por eso a veces me quedo en shock y me siento sobrecargado», cuenta. «Si quieres que sepa algo, dímelo con tus palabras. No entiendo muy bien el lenguaje no verbal».

De Colombia a Chile

La idea inicial era colgarlo en Facebook y YouTube para que sus 20 compañeros de clase pudieran verlo. Una madre chilena, Pamela Zavala, con un marido y tres hijos con síndrome de Asperger, vio la grabación y decidió publicarla en sus redes sociales, desde donde se ha popularizado. Se ha compartido 274.000 veces y ha superado las 70.000 reacciones desde su publicación el 25 de noviembre.

«Mostré el vídeo a mi hijo de 10 años y, por primera vez, se sintió reflejado en otra persona. Falta tolerancia y empatía hacia las personas con Asperger, además de más información y ayudas estatales. El Asperger no es una enfermedad», cuenta Zavala a Verne.

«Los niños con esta condición pueden ser hipersensibles a ciertos ruidos, colores, texturas… entonces se bloquean y se comportan de un modo parecido a una rabieta. Hay quien interpreta ese comportamiento como de niños malcriados y opinan que necesitan mano dura», explica Zavala. «Por eso nosotros, los padres, también nos sentimos a menudo juzgados e incomprendidos. En realidad solo necesitan algo de atención extra«.

Andrea Villegas, madre de Federico, dice que ha intentado explicar al niño el impacto que ha tenido su vídeo. «Le he intentado decir que le han escuchado más personas que habitantes hay en nuestra ciudad [Cali] y le he mostrado algún mensaje», cuenta desde Colombia. «Pero no estoy segura de que entienda la magnitud de lo que ha conseguido».

Las características de una persona con Asperger

Una persona con Asperger, a diferencia de los casos de autismo, «tiene un cociente intelectual dentro de la media y adquiere la capacidad del lenguaje a la edad que le corresponde», cuenta a Verne a por teléfono Araceli Martín, coordinadora de la Asociación Asperger Madrid.

«La idea de que son genios superdotados es un mito. Una cosa que los distingue de los demás es que se apasionan y obsesionan con algunos asuntos. Eso les permite destacar en algunos campos que requieren de entrenamiento, como profesiones relacionadas con la música y la memoria», explica Martín.

La responsable de la Asociación Asperger Madrid explica que fallan, en cambio, en sus habilidades sociales porque «son muy rígidos, no suelen entender la comunicación no verbal y tienen poca tolerancia hacia lo que no encaja dentro de los patrones establecidos. Por eso les cuesta comprender el mundo en el que vivimos».

Si son tratados por especialistas desde pequeños, pueden aprender mucho mejor a desenvolverse en ese mundo que no entienden. «Pero es precisamente en las relaciones de larga duración donde les pasará más factura ser Asperger, porque entrarán más factores improvisados a los que no sabrán cómo reaccionar», dice Martín.