Desde 2015 se instauró, organizado conjuntamente por la ILAE y el IBE, que cada año el segundo lunes de febrero se conmemorara como Día Internacional de Epilepsia como plataforma global. Hoy 8 de febrero de 2021 es un día muy especial para todas las personas que formamos parte de esta comunidad asistencial, científica y social. Tras estos meses de pandemia que han desgastado a la humanidad es grato estar hoy presente para unir juntos la voz, la voz de la esperanza. Personalmente es un día y un tiempo muy importante al ser el primer año del periodo que estaré como presidente de la Comisión de Asuntos Latinoamericanos de la ILAE, nos esperan momentos de mucho trabajo y unión para continuar en el camino de la lucha para sacar la epilepsia de las sombras. Este camino requiere taladrar la sensibilidad política para escarchar inteligencia y responsabilidad.
Utilizo este día y estas líneas para recordar que el objetivo
común de este Día Internacional es aumentar la visibilidad
de la epilepsia y resaltar la necesidad de tomar conciencia,
aceptar y comprender la enfermedad como un importante
problema de salud pública con gran impacto
biopsicosocial. Es la oportunidad de hacer un llamado a la
atención de quien sea necesario para mejorar la calidad de
vida de los pacientes que padecen la enfermedad. Para todos
nosotros en Latinoamérica y, particularmente en México,
este día representa un momento de evaluación y reflexión
respecto a los logros alcanzados y los desafíos pendientes
para conseguir que los pacientes puedan desenvolverse con
plenitud en nuestra sociedad, es decir, evaluar cuánto hemos
avanzado en nuestro compromiso de llevar adelante la visión
y misión de la ILAE.
La pandemia por Covid-19 ha evidenciado y profundizado
las deficiencias más básicas en el sector salud, tanto en
México como en toda Latinoamérica. Esta evidencia es
lastimosa y reprochable, con pésimas políticas en Salud Pública y desconocimiento o negación de las políticas de Estado en lo que concierne a la salud y bienestar de la población. Estamos enterados y somos conscientes de la problemática que han tenido nuestros pacientes para recibir atención adecuada durante este tiempo, principalmente los más enfermos, desposeídos y marginados, los que no tienen espejo, los que no se ven para buscar y ser recibidos en centros mas grandes y especializados. Agradezco a los pacientes y sus familias quienes han llevado las indicaciones de aislamiento de la mejor manera posible, su paciencia en medio del tormento de la enfermedad para recibir atención merece nuestro reconocimiento; se agradece su fortaleza para permanecer atentos y disciplinados.
Es importante mencionar y hacer énfasis en que vivir con epilepsia no aumenta el riesgo de contraer Covid-19, y que el hecho de tomar fármacos antiepilépticos o padecer epilepsia no contraindican la aplicación de la vacuna, de tal manera que, en el momento que la tengamos disponible, es importante acudir a vacunarnos sin excusa y sin excepción, la única contraindicación para su aplicación es ser alérgico a algún componente de esta.
Continuamos en un esfuerzo constante para mejorar la calidad de vida de las personas con esta condición crónica en México y en todo el mundo, nuestro trabajo estará enfocado y dedicado al manejo integral de la epilepsia y a incrementar la conciencia social sobre la epilepsia y la realidad que viven los pacientes y sus familias, no sólo durante este día, sino de forma constante.
Hago una extensa invitación al gobierno mexicano y de los países de Latinoamérica a que se responsabilicen y sean congruentes con las normas éticas dictadas en las leyes en defensa y a favor de las personas con epilepsia, es su compromiso, y no deben existir excusas, mala voluntad o negligencia. La invitación también se extiende a las ONGs para que velen genuinamente por el bien al obtener recursos o hacer gestiones de solvencia para las personas con epilepsia y, no actúen como cotos de poder o negocios personales o familiares. Finalmente, esta invitación es para todo el personal de salud en general, psicólogos, enfermeros, docentes, investigadores, rehabilitadores y, en particular, a los médicos generales, neurólogos de adultos y de niños, neurofisiólogos, epileptólogos, pediatras que forman parte del equipo multidisciplinario necesario para la evaluación y tratamiento de los pacientes con epilepsia para continuar juntos en este camino con el objetivo común de mejorar la atención de nuestros pacientes, apoyar la investigación y lograr eliminar el estigma, la discriminación y las actitudes negativas, que suelen ser mas perjudiciales que la propia enfermedad.
Acad. Dr. FAES Mario A. Alonso Vanegas
Presidente electo de la Comisión de Asuntos Latinoamericanos de la ILAE
Director Centro Internacional de Cirugía de Epilepsia, HMG Coyoacán. México
Cirujano Senior y Asesor del Centro de Neurología Avanzada, Sevilla, España