“Se denomina «crisis epiléptica» a la aparición transitoria de signos y/o síntomas provocados por una actividad neuronal anómala excesiva o simultánea en el cerebro. La epilepsia es un trastorno cerebral que se caracteriza por una predisposición continuada a la aparición de crisis epilépticas y por las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales de esta enfermedad. La definición de epilepsia requiere la presencia de al menos una crisis epiléptica” (International Leage Against Epilepsy, ILAE).
Esta crisis puede repetirse con diversas características que la diferencian en enfermedades en un cerebro con tendencia a sufrir esta afección. Al generar descargas eléctricas anómalas que alteran el funcionamiento cerebral, esto tiene consecuencias en la forma en la que este se expresa, bien en capacidades o comportamientos. Siendo por tanto, especialmente sensible y relevante la consideración en edades infantiles donde no sólo se interrumpe el proceso concreto y momentáneo del funcionamiento cerebral, si no también el desarrollo adecuado de áreas y regiones cerebrales y por ello funciones cognitivas superiores que limiten el desarrollo normativo del niño con alteraciones académicas, sociales y familiares según características cognitivas, de lenguaje o motoras.
El abordaje de la epilepsia debe ser individualizado ya que se entrelazan características clínicas de la epilepsia en sí así como de la enfermedad (es bastante frecuente que se asocie a otras patologías), con características personales de cada niño. En cualquier caso siempre precisará de un control farmacológico según la consideración de su neurólogo de referencia para el control de las crisis, así como los profesionales implicados según las alteraciones que el niño presente y su edad, ya que en muchos casos es necesario trabajar para asegurar que las capacidades que deben desarrollarse en ese momento evolutivo se den según lo esperado. Además, el adecuado seguimiento del aprendizaje del niño e integración entre iguales resulta fundamental y por ello la coordinación con el centro educativo del niño, así como el manejo emocional del niño ante los cambios y sensaciones que puede experimentar en relación a las crisis.
La epilepsia por tanto debe abordarse considerando una rehabilitación de procesos afectados, así como en el tratamiento de las dificultades de aprendizaje y sociales que pueden darse con algunas alteraciones como problemas de atención, razonamiento, lenguaje, velocidad de procesamiento o cognición social. Debiendo entenderse también como una estimulación para que se den las funciones cognitivas esperadas en el neurodesarrollo permitiendo la autonomía y funcionalidad adecuada.
En CNA, el Dr. Uranga es neurólogo especialista reconocido en epilepsia permitiendo el seguimiento y control necesario de la misma para favorecer el abordaje terapéutico, educativo y emocional en los niños que la padecen.
Elisabet Rodríguez
Experta acreditada en neuropsicología clínica
CNA,Huelva