La estimulación magnética transcraneal (EMT), desde mediados de la década de 1980 ha pasado de ser considerada una herramienta para el estudio del cerebro a convertirse en una realidad terapéutica en determinadas enfermedades neuropsiquiátricas, como el ictus y la depresión resistente a fármacos.
La base de esta terapia neurorrehabilitadora se fundamenta en que el cerebro es una entidad dinámica adaptable a los cambios homeostáticos internos y externos. Dicha capacidad de adaptación o neuroplasticidad (NP) está presente también en las personas que han sufrido un daño cerebral adquirido.
El grado de recuperación y el pronóstico funcional de estos pacientes se ven supeditados a que esa NP se complete de una forma adecuada. La EMT es una técnica segura y no invasiva, que nos permite armonizar estos cambios neuronales, siempre que se ponga en práctica por un equipo médico cualificado con experiencia. Sus aplicaciones son múltiples y cada vez más amplias, gracias a los trabajos de investigación que están surgiendo cada año.
La estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) constituye una realidad terapéutica en la rehabilitación postictus, ya que confiere efectos neuroprotectores incidiendo favorablemente en la modulación de la neuroplasticidad (NP), ayudando así al cerebro en su capacidad para readaptar circuitos neuronales y, con ello, la restauración y adquisición de nuevas habilidades compensatorias.
La identificación de pacientes con ictus subsidiarios de recibir EMTr es importante para acelerar la fase de recuperación. La EMTr ha demostrado ser segura y efectiva para tratar los déficits que aparecen tras un ictus. Los pulsos electromagnéticos excitatorios e inhibitorios aplicados en el hemisferio cerebral ipsolateral o contralateral a la lesión, respectivamente, así como a nivel transcalloso para regular la comunicación interhemisférica cerebral, nos brindan la posibilidad de optimizar la actividad cerebral funcional. Los diferentes estudios realizados sobre EMTr han demostrado la mejoría de los trastornos motores, la afasia, la disartria, la disfagia orofaríngea, la depresión y las dificultades perceptivo-cognitivas que aparecen en estos pacientes.
La EMT repetitiva es una forma no invasiva de estimulación cerebral, a diferencia de la estimulación del nervio vago o la estimulación cerebral profunda, la EMTr no requiere cirugía o implante de electrodos. Y, a diferencia de la terapia electroconvulsiva (TEC), la EMTr no causa convulsiones ni requiere sedación con anestesia.
En general, la EMTr se considera segura y se tolera bien.
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